Las cocinas de leña de toda la vida están muy relacionadas con las Cocotte, las cazuelas de hierro fundido de siempre. Ambas hacen un tándem perfecto y nos han brindado durante lo largo de los años espectaculares sopas, pucheros, guisos e incluso pan casero.
Seguramente las habrás visto en muchos restaurantes, ya que además de preparar platos increíbles aportan un toque decorativo sin igual. Muchos restaurantes las utilizan para presentar platos o cuidar la estética cuando quieren subir una foto a una red social. También son utilizadas en muchos hogares para dejar sorprendidos a los invitados más exigentes o para cocinar los platos de cada día.
¿En qué se diferencia una cocotte del resto de cazuelas?
Una cocotte es una cazuela de hierro fundido que resiste altas temperaturas y que es compatible con todo tipo de cocinas, desde la cocina de leña hasta la de inducción, ¡puedes meterla hasta en el horno! Al ser de hierro fundido estas ollas funcionan sobre todas las fuentes de calor. Sus diversos usos permiten cocinar en ellas todo tipo de platos e inolvidables guisos similares a los que hacían nuestras abuelas.
La cocotte se utiliza igual que una sartén u olla ordinaria y permite cocinar incluso asados. Al ser de hierro fundido estas cazuelas distribuyen el calor de manera uniforme y su forma redondeada permite que se cierre de manera hermética. De esta forma la temperatura se mantiene de manera constante y todas las propiedades de la comida se quedan en el interior. Todos los platos se cocinan a fuego lento, en su propio jugo y con pocos líquidos añadidos. Una combinación que da como resultado los mejores platos.
Te aconsejamos
Si ya te has convencido y te has puesto a mirar cocottes pero el precio te ha parecido algo elevado, no te preocupes, es cierto que al principio requieren de un pequeño esfuerzo económico, pero una vez compradas pueden valerte para toda la vida. Existen muchos tamaños y colores, aunque las clásicas suelen ser de color naranja y de unos 24 cm de diámetro (recomendable para 2-4 personas).
Además, su mantenimiento es muy sencillo. Desde LACUNZA te damos unos consejos para prolongar su vida todavía más. Si quieres evitar rayar el esmalte se recomiendan utensilios de madera o silicona y nunca cortar encima de ella. Por otro lado, no se recomiendan los cambios bruscos de temperatura, es mejor ir calentándola progresivamente. Después de usarla no hay que echarle agua para que se enfríe, es mejor esperar a que se enfríe antes de fregarla. Además, es aconsejable lavarlas con agua caliente y una esponja no abrasiva y no es recomendable lavarlas en el lavavajillas.
¿Te atreves a dejar boquiabierto a todo el mundo?