Llegan los temporales y el momento de encender las chimeneas de leña. Se acerca un fin de semana frio y con nieve y pocos planes hay mejores que pasarlo al lado de tu chimenea de leña. Para que no tengas que pensar en nada más, queremos darte unos trucos para que consigas un encendido más duradero y con menor producción de gases.
Consigue un fuego mejor
Conseguir un buen fuego parece tarea fácil, pero es importante tener algunos aspectos en cuenta para que el rendimiento de tu chimenea sea bueno.
Un aspecto importante es el aire que entra en tu chimenea. Si en el momento de encendido la entrada de aire es alta, es más fácil que las llamas que se produzcan sean buenas. Además, para conseguir menos humo cuando se produce el encendido, se recomienda calentar la cámara antes del encendido con, por ejemplo, algún periódico.
El tipo de manera que utilices también es importante para conseguir un fuego de mejor calidad. La madera dura y seca es la más recomendada para conseguir buen fuego, además de que ensucia menos la chimenea y da más calor. El tamaño de los leños también debe ir adaptado al tamaño de la cámara de combustión.
Su limpieza, una vez más, es de vital importancia para que el efecto calórico del fuego sea mayor, además de reducir el riesgo de sufrir algún incendio. Por otro lado, el hollín de las paredes del conducto de salida facilita que el calor escape hacia fuera en vez de aprovecharlo dentro de tu hogar.
Encendido de la chimenea
Una de las técnicas más aplicadas para mantener el fuego en la chimenea consiste en encender una primera capa de leña y colocarla cerca de la entrada de aire para que su encendido se dé lo más rápido posible gracias a que tiene contacto con la mayor superficie posible. Una vez las leñas hayan cogido fuego puedes ir cerrando poco a poco la entrada de aire hasta que consigas el tiro adecuado.
Otra técnica suele ser la de dejar espacio entre los leños para que el aire pase a las ramas pequeñas del interior y se haga el fuego, pero no siempre es efectiva y requiere de más atención ya que tienes que ir echando leña constantemente.
La técnica del encendido invertido consiste en apilar astillas colocándolas por alturas. La primera fila en paralelo a la trasera, la segunda en paralelo al lateral y así hasta una cuarta altura. Una vez hayas conseguido este “castillo de naipes” coloca una pastilla de encendido en la cumbre y que la llama vaya quemando de arriba hacia abajo. Esta manera de encender es muy efectiva desde el punto de vista de las emisiones y limpieza cristal. La chimenea se va calentando muy despacio y origina muchísimo menos humo que de la manera tradicional.
Este método puede hacer que tu fuego pase de durar 3 horas a durar 5 horas y te permite aprovechar los leños el máximo tiempo posible lo que supone un ahorro de combustible y disfrutar de más calor en tu hogar.