Sabemos que hay días en los que no apetece limpiar la estufa, cocina o chimenea de leña. Por eso, hoy te queremos dar unas pequeñas recomendaciones sobre cómo hacer la limpieza y mantenimiento de tu aparato de leña de forma fácil y rápida.
Lo más importante es limpiar la ceniza que se ha generado tras la combustión del fuego del día anterior y el cristal.
Para ello, puedes utilizar un aspirador específico para cenizas, son fácilmente asequibles en cualquier establecimiento y tienen un buen precio. Si lo prefieres, puedes utilizar una pala y un cubo metálico para que alguna ascua que se haya quedado en la cámara de combustión no los dañe. Es importante limpiar bien la ceniza del cajón cenicero y de todas las esquinas del hogar.
Para la limpieza de cristales lo mejor es utilizar un líquido para limpiar el vidrio con la ayuda de un papel o un trapo. Es importante aplicar el producto en el trapo o papel y nunca en el vidrio. Posteriormente, frota ligeramente toda la superficie. Si realizas esta acción todos los días antes de encender el fuego, disfrutarás de una perfecta visión del fuego.
Otro factor muy importante es que la leña esté seca y para ello, el proceso de encendido es importante. Si la leña está húmeda puede manchar más el vidrio y será más complicado de limpiar. En estos casos, lo mejor es utilizar una cuchilla como la que se utiliza para limpiar la vitrocerámica de casa para rascar las partes que están más adheridas.
Es un proceso sencillo y rápido y es recomendable hacerlo habitualmente, a poder ser a diario, de forma que no se deposite mucha porquería en las partes interiores de la máquina.
Si quieres verlo de manera más gráfica, tienes una explicación de cómo hacerlo en el siguiente vídeo.
¡Ahora solo queda disfrutar del calor!